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Manglares: Ecosistemas costeros que protegen a las personas, el clima y los tiburones

¿Sabías que los manglares se encuentran entre los ecosistemas más productivos del planeta? Son un escudo natural para las costas frente a las tormentas, una enorme reserva de carbono y auténticas guarderías del océano, donde crecen las crías de tiburones, rayas y peces. A pesar de su importancia, los manglares están entre los hábitats más amenazados de la Tierra, y su protección es imprescindible para el futuro de los océanos y de nosotros mismos.


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Los manglares son ecosistemas costeros únicos, formados por árboles y arbustos capaces de crecer en condiciones donde se mezcla el agua dulce de los ríos con el agua salada del mar. A diferencia de la mayoría de las plantas, soportan ambientes extremos: alta salinidad, cambios constantes de mareas, suelos fangosos inestables y bajo contenido de oxígeno. Para sobrevivir, han desarrollado adaptaciones especiales: por ejemplo, neumatóforos (raíces aéreas que sobresalen del agua y les permiten respirar), raíces de soporte que fijan los árboles en el lodo, o la capacidad de “expulsar” la sal a través de las hojas.


Estas adaptaciones permiten a los manglares crear una red compleja de raíces que ofrece refugio y hábitat a innumerables especies, desde pequeños crustáceos y peces hasta aves y mamíferos. De hecho, los manglares son considerados uno de los ecosistemas más productivos del planeta.


¿Dónde se encuentran?


Los manglares cubren aproximadamente 152 000 km² de costas en más de 120 países y territorios del mundo (Spalding et al., 2010; Bunting et al., 2022). Las áreas más extensas se encuentran en Indonesia, Brasil, Nigeria, Australia y México. Son especialmente importantes en las zonas tropicales y subtropicales, es decir, entre los 30° de latitud norte y 30° de latitud sur.


  • Sudeste Asiático - hogar de más de un tercio de los manglares del mundo (principalmente Indonesia, Malasia y Myanmar).

  • África - grandes extensiones en Nigeria, Mozambique y Madagascar.

  • América Latina y el Caribe - Brasil, México, Colombia, Cuba.

  • Pacífico - Australia, Papúa Nueva Guinea y las islas de Oceanía.


Aunque en total ocupan solo el 0,1 % de la superficie terrestre del planeta, su importancia para el clima, la biodiversidad y las comunidades humanas es inmensamente mayor.


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Pérdida de manglares


A pesar de la importancia de estos ecosistemas, se estima que desde mediados del siglo XX ha desaparecido más del 35 % de los manglares del mundo. Análisis más recientes muestran que el ritmo de pérdida se ha ralentizado en las últimas décadas, aunque la destrucción continúa. Las principales causas son la urbanización, la acuicultura (especialmente las granjas de camarón), la tala de madera, la agricultura y el desarrollo turístico. El ritmo es alarmante: según datos de la FAO, los manglares están desapareciendo más rápido que las selvas tropicales.


¿Por qué son importantes los manglares?


Los manglares no solo son ecosistemas únicos, sino también aliados naturales invaluables para las personas y el planeta. Aunque cubren solo una pequeña fracción de las costas del mundo, sus beneficios son enormes: actúan como barreras contra tormentas, como almacenes de carbono fundamentales para la estabilidad climática, como filtros de agua y además son la base de la seguridad alimentaria de millones de personas.


Protección costera contra tormentas y erosión


Los manglares son la “primera línea de defensa” natural frente a las tormentas. Sus densas redes de raíces reducen la energía de las olas y amortiguan el impacto de mareas y tsunamis. Estudios han demostrado que los manglares pueden reducir la altura de las olas hasta en un 66 % en solo 100 metros de distancia. Durante el devastador tsunami del océano Índico en 2004, las aldeas protegidas por cinturones de manglar sufrieron daños significativamente menores y menos víctimas.


Además de las marejadas, las raíces también protegen contra la erosión costera, ya que estabilizan los sedimentos y evitan que sean arrastrados. En muchas regiones, hoy se consideran una alternativa más barata y eficaz que los muros y rompeolas de hormigón. ¡Ese es el poder oculto que guardan!


Importantes reservas de CO₂ (carbono azul)


Y eso no es todo. Los manglares forman parte de los llamados ecosistemas de carbono azul. Junto con las praderas marinas y los bosques de algas, almacenan enormes cantidades de carbono. En promedio, los manglares almacenan alrededor de 1 000 toneladas de carbono por hectárea, más del triple que las selvas tropicales.


Hasta el 80 % de ese carbono está retenido en el suelo y en los sedimentos, que actúan como reservorios a largo plazo. Cuando los manglares son destruidos, este carbono se libera rápidamente a la atmósfera, convirtiéndose en una fuente importante de emisiones. Se estima que la pérdida de todos los manglares podría liberar más de 10 mil millones de toneladas de CO₂.


Filtración de agua y control de contaminantes


Los manglares funcionan como filtros naturales. Sus raíces atrapan sedimentos, nutrientes e incluso metales pesados y microplásticos. Así, mejoran notablemente la calidad del agua y protegen los ecosistemas cercanos, especialmente los arrecifes de coral, muy sensibles a la turbidez y al exceso de nutrientes.

Además, los manglares contribuyen a los ciclos biogeoquímicos del nitrógeno y el fósforo, reduciendo el riesgo de eutrofización de las aguas costeras.


Apoyo a poblaciones de peces saludables para pescadores locales


Los manglares también son hábitats clave para el ciclo de vida de muchos peces y crustáceos. Les ofrecen refugio frente a depredadores y abundantes fuentes de alimento. Los estudios demuestran que los peces que viven cerca de manglares presentan mayores densidades poblacionales y un crecimiento más rápido que los de zonas sin manglares.

Este efecto también se refleja en la economía. El valor de la pesca directamente vinculada a manglares se estima en hasta 1,6 mil millones de USD al año (UNEP, 2014). En países como México, Filipinas y Mozambique, la relación entre manglares saludables y mayores capturas está documentada en decenas de estudios.

Aun así, es fundamental que la pesca se regule y cuente con reglas claras. ¿Por qué?


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Los manglares como refugio seguro para crías de tiburones, peces y rayas


Una de las funciones más importantes de los manglares es la de servir como guarderías naturales para crías de organismos marinos. Gracias a sus aguas poco profundas, la red de raíces y la gran disponibilidad de alimento, ofrecen condiciones ideales para el crecimiento y la supervivencia de las fases más tempranas de vida. Son especialmente cruciales para tiburones y rayas, que necesitan tiempo y entornos seguros para reproducirse. A diferencia de la mayoría de los peces óseos, los tiburones maduran solo tras varios años, tienen largos periodos de gestación y producen pocas crías. Muchas especies alcanzan la madurez sexual solo después de 10 a 15 años, y las hembras suelen dar a luz a apenas unas crías tras 9 a 12 meses de embarazo. Esta estrategia de vida lenta significa que cada área de cría segura resulta vital para su supervivencia.


¿Qué es un “nursery habitat”?


La definición científica de una guardería de manglares se basa en tres criterios:

  1. Las crías aparecen en estas zonas con mayor frecuencia que en otras.

  2. Permanecen allí durante períodos prolongados.

  3. El sitio se utiliza repetidamente durante varios años.

Los manglares cumplen estas condiciones a la perfección: combinan refugio, alimento y un entorno relativamente estable.


Mecanismos de supervivencia:

  • Protección contra depredadores: las densas raíces actúan como una barrera natural, reduciendo el riesgo de que las crías sean cazadas por depredadores mayores.

  • Aguas más cálidas: las lagunas poco profundas se calientan más rápido, acelerando el metabolismo y favoreciendo un crecimiento más veloz de las crías.

  • Abundancia de alimento: los manglares son ecosistemas extremadamente productivos, donde pequeños peces y crustáceos constituyen una fuente ideal de alimento para tiburones y rayas jóvenes.


Evidencias de campo:

  • Bahamas - Tiburón limón (Negaprion brevirostris): Bimini es una de las guarderías de tiburones más estudiadas del mundo. Más de 20 años de investigación han demostrado que las crías utilizan regularmente los manglares, y la pérdida de estos hábitats ha provocado un marcado declive de la población.

  • México - Tiburón martillo común (Sphyrna lewini): En la costa del Pacífico mexicano, las hembras preñadas regresan a los mismos estuarios y zonas de manglar para dar a luz. Estudios genéticos han confirmado una fuerte filopatría de las hembras hacia estos lugares, lo que significa que proteger tramos específicos de la costa es clave para la supervivencia de las poblaciones.

  • Cabo Verde - Guarderías de múltiples especies: En la bahía de Sal Rei, los científicos documentaron el uso de manglares por crías de varias especies de tiburones, lo que confirma que son auténticas “incubadoras del océano”.


Cada área de cría destruida supone un debilitamiento dramático de las poblaciones futuras. Proteger los manglares como guarderías de tiburones es una de las medidas más efectivas para conservar estas especies amenazadas.


Proyecto AMOARA en San Blas (México)


Este mismo principio está en el corazón de AMOARA, una iniciativa desarrollada por Blue Religion en la región de San Blas, Nayarit. Los manglares y estuarios locales son guarderías clave no solo para las crías del tiburón martillo común (Sphyrna lewini), sino también para otras especies de tiburones, rayas y peces. La región es además conocida por la intensa pesca del tiburón azul (Prionace glauca) y de otras especies. Por ello, la protección de estos hábitats es especialmente urgente: no se trata únicamente de conservar la biodiversidad, sino también de frenar la sobreexplotación de especies amenazadas.


El proyecto se sustenta en tres pilares:

  • Investigación científica: en colaboración con científicos mexicanos, se monitorea el uso de los manglares por crías de tiburones y se mapean las áreas críticas.

  • Colaboración con pescadores locales: en lugar de conflicto, se promueve el diálogo, ya que poblaciones sanas de peces y tiburones también significan una pesca más sostenible.

  • Búsqueda de estatus protegido: el objetivo es que San Blas se convierta en una zona oficialmente protegida, donde los manglares permanezcan como refugios seguros para tiburones, rayas y peces.


Este enfoque combina conocimiento científico, cooperación comunitaria y conservación práctica, el camino más eficaz para proteger tanto a los tiburones como a los ecosistemas costeros en su conjunto.


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Proteger los manglares = proteger los océanos y a nosotros mismos


Los manglares son pequeños en tamaño, pero enormes en importancia. Protegen las costas de las tormentas, almacenan grandes reservas de carbono, filtran el agua y sostienen los medios de vida de millones de personas. Al mismo tiempo, son guarderías únicas del océano: sin ellos, las crías de tiburones, rayas y peces no tendrían un lugar seguro para crecer y desarrollarse.

La pérdida de estos ecosistemas significa la pérdida de protección tanto para las personas como para la biodiversidad marina. Los datos científicos son claros: donde desaparecen los manglares, desaparecen también las guarderías de tiburones, los peces y la seguridad de las comunidades locales.


Mantengamos vivos los manglares, por los océanos, por nosotros y por las generaciones futuras.

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Foto: Unsplash | Kristin Hoel, Mohmed Nazeeh, Timothy K.

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